Las piscinas de resina o fibra de vidrio requieren un acabado de gel coat para garantizar que la superficie sea impermeable, resistente y estéticamente atractiva. A continuación, te explicamos cómo hacerlo.
Preparar la superficie: Limpia y lija bien la superficie de la piscina para que el gel coat se adhiera correctamente. Asegúrate de que no haya restos de grasa, suciedad o moho.
Mezcla y aplicación del gel coat: Mezcla el gel coat con el endurecedor y aplícalo con brocha o rodillo. Si quieres un acabado más suave y profesional, usa una pistola de pulverización. Aplica una capa uniforme.
Secado y curado: Deja que el gel coat se cure durante el tiempo recomendado, generalmente de 24 a 48 horas, dependiendo de las condiciones climáticas.
Acabado final: Si es necesario, realiza un pulido para obtener un acabado perfecto.